Dada la situación ambiental actual y el cambio climático que nos encontramos enfrentando, la industria automotriz, al igual que muchas otras, se encuentra en una posición en la que debe hacer ajustes para garantizar que el daño y el rastro que va dejando en el planeta vaya siendo cada vez menor, e incluso que desaparezca, si esto fuera posible.
La Circular Cars Initiative (CCI), Iniciativa de Autos Circulares, presentada en el Foro Económico Mundial, es una colaboración entre los sectores público y privado (entre los que se encuentran la industria, los responsables políticos, los compradores de flotas, etc.) que tiene el objetivo de transformar de manera profunda las esferas de la producción, uso y eliminación de automóviles para implementar su electrificación, digitalización, automatización y adaptación a un escenario de 1.5 ºC, disminuyendo dramáticamente, e incluso eliminando, la huella de carbono y la contaminación que se producen en todas estas fases; la finalidad general de la iniciativa es poder ofrecer un sistema de movilidad cómodo, asequíble y amable con el medio ambiente para el 2030.
El término automóvil circular se refiere a un vehículo teórico que es capaz de optimizar la eficiencia de sus materiales y producir cero residuos y contaminación a lo largo de todas sus etapas, desde su producción hasta su desecho; ello marca una diferencia con los autos de cero emisiones, puesto que éstos se enfocan en no emitir contaminantes al ser utilizados.
Volver circular la industria del automóvil tiene el potencial de generar beneficios a nivel económico, ecológico y social: se calcula que estos autos altamente utilizados puedan reducir sus emisiones de carbono hasta en un 75% y el uso de recursos hasta en un 80% por pasajero-kilómetro para el 2030 de acuerdo con la CCI.
Algunos de los retos y maneras de abordarlos que debe enfrentar la CCI
El principal desafío de este proyecto es el de cumplir con las metas del Acuerdo de París, que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), para lo cual el ramo automovilístico deberá encontrar vías rápidas y rentables hacia un futuro descarbonizado.
Teniendo esto en mente, lo primero a entender en relación con esta propuesta es que la economía circular en la que se basa, es un sistema económico que se enfoca en disminuir la extracción de recursos y la producción de desechos y emisiones de carbono. Los sistemas circulares emplean la reutilización, el intercambio, la reparación, el reacondicionamiento, la refabricación y el reciclaje, por lo tanto, involucran a la cadena de valor en su totalidad.
Por otra parte, cabe tener en cuenta que, al día de hoy, el sector automotriz es el causante de aproximadamente el 20% de las emisiones globales de CO2, el cual, de continuar estable, sería el causante de un calentamiento en más de 0.8 ºC para el año 2100. Asimismo, esta industria emplea una cantidad significativa de recursos naturales, por ejemplo, es responsable de alrededor del 80% de todo el consumo de caucho, el 25% de todo el aluminio y aproximadamente el 15% de todo el acero, todo lo cual supone un importante coste medioambiental.
Afortunadamente, existen diversos mecanismos a través de los cuales se puede combatir lo anterior, entre los que se encuentran la intención de definir la eficiencia de los materiales respecto a los objetivos finales y las métricas clave (emisiones de GEI, utilización de elementos poco comunes de la tierra, etc.), la generación de herramientas de transición de la industria que apunten a las vías de descarbonización más eficaces, económicas y una importante cantidad de tendencias tecnológicas emergentes; entre estas últimas se encuentran las herramientas relacionadas con el Internet de las Cosas (IoT), que permiten que los materiales y componentes de los vehículos sean mejor rastreados a lo largo de su ciclo de vida. Innovaciones como las de las impresiones en 3D también prometen ahorros y el usos más eficiente de los materiales, y el reciclaje de bucle cerrado de aluminio y acero y la prolongación de la vida útil de los coches y de componentes clave como las baterías, igualmente contribuyen a enfrentar la situación de desperdicio de recursos y generación de contaminantes que actualmente son parte del ramo.
Otro dato que merece atención es el ineficiente uso de los autos, ya que los privados sólo se emplean aproximadamente el 5% del tiempo y, cuando esto pasa, de cualquier manera se hace con poca capacidad de pasajeros; ante este escenario, nuevos modelos de negocio como el de las empresas de movilidad como servicio (MaaS, por sus siglas en inglés), como Uber y Didi, crean el potencial de la propiedad del ciclo de vida entero de los vehículos, lo que estimula el interés en la conservación del valor de los materiales cuando el automóvil es desechado, al tiempo que se promueve la utilización por parte de más ocupantes durante periodos más prolongados.
Más detalles sobre la CCI
La CCI fue lanzada el 23 de enero del 2020 por el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés), en asociación con el Foro Económico Mundial, el Climate KIC del Instituto Europeo de Tecnología y SYSTEMIQ, una empresa de cambio de sistemas y una coalición diversa de industrias, gobiernos y otros socios, como un esfuerzo de múltiples actores interesados en descarbonizar por completo el sector de la fabricación de vehículos.
En términos anuales, esta esfera produce más emisiones de GEI que toda la Unión Europea y alrededor del 20% de éstas se pueden atribuir directamente a la producción de los autos de forma exclusiva; por otro lado, accesorios como las baterias de los autos eléctricos dejan una gran huella de carbono.
Uno de los principales objetivos de la CCI es entonces el de aprovechar los conocimientos de esta industria, las asociaciones, la financiación y la creatividad para promover que los miembros de la comunidad desarrollen implementos tecnológicos y modelos empresariales que reduzcan o eliminen las emisiones que provienen de la utilización y la manufactura de automóviles.
Hoy en día tenemos la oportunidad de innovar y avanzar en cuanto a la creación de un nuevo ecosistema ecológico, valiéndonos del proyecto aquí descrito, es a través de leyes sobre planificación urbana, espacios de estacionamiento, etc., lo que representa la infraestructura que determina las restricciones y las posibilidades del diseño de las ciudades; las políticas y reglamentos de las urbes deben respaldar todos los modelos que impulsen la movilidad sostenible y de fácil acceso para todas las personas, reduciendo al mínimo la emisión de contaminantes y la huella de carbono.
Las Smart Cities y sus comunidades pueden tener un gran impacto y cambiar las dinámicas sobre lo que se diseña, por parte de quién y para quién si adquieren la consciencia del desafío que tienen delante, y así atajar las prácticas y modelos actuales que han significado contar con una movilidad urbana tan poco eficiente y tan nociva para la ecología. La economía circular en la industria automotriz representa, por tanto, una gran propuesta a concretar en los próximos años.