ONU-Habitat se sumó recientemente a la iniciativa Desarrollando Ciudades más Resilientes 2030 (MCR2030), lanzada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastre (UNDRR), la cual pretende responder a la creciente necesidad de impulsar la resiliencia a nivel local a través de la incidencia política,? el intercambio de conocimientos y experiencias, y el establecimiento de redes de aprendizaje?entre ciudades con el fin de alcanzar los propósitos establecidos en la Agenda 2030.? Más de cuatro mil trescientas ciudades se han sumado a esta iniciativa para garantizar el bienestar y la seguridad de sus ciudadanos.
De acuerdo con el comunicado publicado por ONU Habitat, a nivel global, los fenómenos meteorológicos extremos se han duplicado en los últimos veinte años y hacen que los habitantes de las ciudades sean más vulnerables a desastres cada vez más frecuentes e intensos. Por otro lado, a nivel regional, la consolidación de ciudades sostenibles y resilientes se ha convertido en uno de los mayores y más urgentes desafíos, ya que la creciente población urbana se desplaza y se asienta en zonas de riesgo en ciudades intermedias.
Cabe tener en cuenta que el concepto de resiliencia proviene de la Psicología y se basa en la idea de la posibilidad de salir adelante frente a las adversidades, de conservar las capacidades al encarar estrés intenso y constante y de contar con la habilidad para tener una pronta recuperación tras la ocurrencia de alguna catástrofe. El tejido social, por tanto, debe poder volver a configurarse de modo que sus integrantes experimenten el mismo nivel de plenitud que tenían previo a un siniestro para poder hablar de una comunidad resiliente.
Durante el lanzamiento de la iniciativa anteriormente mencionada, Elkin Velásquez, Representante de ONU-Habitat para América Latina y el Caribe, señaló que la resiliencia es un elemento fundamental para avanzar en los Acuerdos de París, la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana. De igual forma, reconoció el liderazgo y la contribución que la UNDRR realiza a esta zona geográfica a través de su campaña MCR2030.
“Es necesario trabajar de forma colaborativa y ambiciosa en la región para pasar de los proyectos piloto a los proyectos de escala a través de este método de trabajo para así lograr una importante contribución para América Latina en el corto y mediano plazo, afirmó el experto.
MCR2030 también impulsa la creación de una estructura regional en la que agentes con fuertes lazos y experiencia en la implementación de acciones para la reducción del riesgo de desastres conecten con las urbes que avanzan en el fortalecimiento de su resiliencia. De acuerdo con una serie de consultas llevadas a cabo entre los años 2018 y 2019, las ciudades claramente están buscando orientación para mejorar sus capacidades referentes a diversas áreas técnicas que van desde la consciencia y la planeación estratégica hasta la implementación eficaz de planes de desarrollo urbano basados en riesgos y esta campaña pretende aportar la información necesaria para que avancen en la consecución de sus propósitos.
Los principales objetivos estratégicos de MCR2030 incluyen lo siguiente:
- Objetivo Estratégico 1: Aumentar la comprensión del riesgo y el compromiso de las ciudades con la reducción del peligro de desastres y la resiliencia.
- Objetivo Estratégico 2: Aumentar la capacidad de las ciudades para planificar la reducción de riesgos y la resiliencia.
- Objetivo Estratégico 3: Aumentar la capacidad de las ciudades para aplicar medidas de resiliencia y reducir los riesgos.
- Objetivo Transversal: Aumentar los vínculos verticales con los gobiernos nacionales y los vínculos horizontales entre los socios locales, integrando la resiliencia en todo y entre los socios, las funciones y los servicios, y fomentar las asociaciones entre ciudades y el intercambio de experiencias.
Las regiones de América Latina y el Caribe han sido históricamente vulnerables y se han visto azotadas por catástrofes de distintas naturalezas y, dadas sus características particulares, su recuperación en ocasiones ha sido lenta e incluso no siempre total y es por esto que vale la pena voltear hacia este tipo de campañas y proyectos en los que se promueve la construcción de conocimientos y articulaciones entre los diferentes actores sociales para potenciar las fortalezas de los pueblos y crear/compartir recursos para subsanar sus debilidades.